Estamos oyendo, estos días -días de una inquietud, constante, y preocupante- por las calles de las ciudades y pueblos, no solo de Cataluña, sino también de otras tierras de España, unos calificativos, (de uno y otro, pues hay para todos los gustos –más diríamos nosotros –según el estado de ánimo de quien habla) refiriéndose a los comportamientos de muchos “líderes políticos”, y de sus seguidores, unos calificativos, que lejos de contribuir a la “calma general”, antes ayudan a enconar, rencillas, de unos contra otros.
No es bueno confundir las palabras, que no son lo mismo, y, si, solamente hacer una aclaración de los términos (para aquellas personas, no demasiado “duchas” en los términos utilizados). Dicho esto, sin pretender, otra cosa que la “adecuación”, si se nos permite, del término, de cada una de sus acepciones. Y que, cada uno, aplique, a su vocabulario, o voluntad, lo que mejor le plazca. La nuestra es la de que todo esto no fuera una razón –antes bien, los insultos son una “sin-razón” – para la vida cotidiana. Pues el respeto a la opinión, y más que a la opinión, a todas las personas -sea cual sea aquella – este por encima de toda diferencia –legitima – en su origen y en su pretendido, y noble fin. Suponiendo, en todo caso, que así sea ese fin.
Dicho esto… (Lo tomamos “prestado” de los diccionarios, de “uso común)
Mercenario…
Un mercenario (del latín merces, – edis, «pago»), es un soldado o persona con experiencia militar, que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad, preferencias políticas o religiosas con el bando para el que lucha. Generalmente se les menciona como asesinos a sueldo, sicarios, etc. Sin embargo, cuando este término (mercenario) se usa para referirse a un soldado de un ejército regular, se considera normalmente un insulto a su honra.
El soldado, que representa a su nación, está dispuesto a luchar por una causa que es de su comunidad o país. Sin embargo, el mercenario lo hace solamente con ánimo de lucro. De ahí que a los mercenarios se les conozca también como soldados de fortuna.
También se les llama mercenarios a las personas que trabajan o actúan a cambio de dinero o de un beneficio personal, y sin motivaciones políticas, filosóficas, ideológicas o religiosas.
Cipayo.-
MILITAR Se refiere al soldado, o a la tropa, que sirve a un gobierno extranjero a cambio de dinero.
MILITAR despectivo: Mercenario, soldado a sueldo no pierdas el tiempo hablándole al cipayo de ideales y utopías
Y, no es, ya, hora de buscar responsabilidades en quien – sin duda alguna las tiene – pero nosotros pensamos, y creemos, que: después de todos los avatares – que sin duda alguna tienen una “naturaleza transitoria” – quedan SIEMPRE, las personas que forman los pueblos. Y que, esos pueblos, no deben, no deberían, cometer de nuevo, “errores heredados”. Pero si la cerrazón, y la tozudez, que no sirven sino a otros fines – sea cual sea el término utilizado – para designar a los responsables de un hecho, pero de fines, generalmente muy alejados, casi siempre, de lo que se ha dado en llamar “el Bien Común”, si ese es el fin… Entonces, ambos términos, tienen razón suficiente para ser aplicados, a quien se les quiera, o pueda, aplicar…
Y, nosotros, los del Oriamendi, somos, solamente, gente que tiene un Ideal, un Ideal de hermandad entre todos los pueblos. Entre iguales (“Inter pares”, que dicen los “Libros del Derecho Legítimo”, del “Derecho Natural” pues, quién pudo, no nos hizo iguales, en lo absoluto del término, pero si iguales, en derechos y libertades, y obligaciones), y por esa misma razón, si lo queréis calificar, hacednos el favor -o si no tampoco es importante- y dejadnos con ese Ideal, del que hemos hecho norma y conducta de nuestro “día a día”.
Un cordial saludo
El Equipo de Redacción